Lejos estamos mejor…

¿Esto se acabó?
¿Aún me ama?
Apenas rueda sobre la cama y empieza a roncar…
Solíamos hablar y jugar durante horas…
¡Le di todo!
¿Cómo se supone debo tomar esto?


No soy una puta,
pero cómo puedo encontrar un chavo sincero
de entre la gente que pasa por las calles
sin pensar toparme con un algún psicópata o un
Hombre de piedra de esos que
piensan son modelos de anuncio
tipo Calvin Klein , ellos se ven muy atractivos,
Pero, nunca entrarían en mi cama sin estar
Cayéndose de briagos.


Estoy tan cansado,
¿debo terminar solo?
tal vez sea lo mejor que puedo esperar
para no ser fastidiado e ignorado,
solo entonces no tengo que despertarme
en una cama vacía cada mañana,
día tras día, tiempo sin fin.


Tal vez, yo debería decirle todo esto...
¡Nah!, si él estuviera interesado
ya estuviéramos hablando,
no puede ser buena idea hablar acerca
de por qué ya no platica conmigo,
pero esto tiene que cambiar,
porque, siento
mas distanciamiento
y mas vacío
cada día que estoy con él.


¡Al carajo!
lo despertaré …
sabré lo que siente,
y de la primer cosa que me diga...
tendrá que ser alguna cosa buena
o él es historia
.

Una de las cosas más difíciles en esta vida es darse cuenta cuando es tiempo de decir adiós a alguien a quien dijimos "amor" en alguna oportunidad, claro está que todos somos sabios para ver cuando ese momento llega en la vida de cualquier familiar, amigo, conocido o desconocido, pero nos volvemos unos tontos de capirote cuando aquel que debe decir “au revoir” (hasta la vista), es uno mismo, dándonos cuenta de que lo que en un determinando momento fue, ya no será mas y que es mejor con lágrimas en los ojos, el corazón magullado y en carne viva, despedirse y reconocer que todo eso ya acabó.

Cuando establecemos relaciones afectivas, no todas son amorosas , sin embargo en muchas ocasiones confundimos ambos conceptos. La necesidad de recibir afecto inhibe la capacidad de razonar sobre la relación establecida y el hacernos una simple pregunta: ¿valdrá la pena intentarlo?.

Las relaciones de pareja se van cultivando con el paso de los días, meses y años. En este proceso de convivencia diaria se construyen todo tipo de lazos con la pareja, sean estos afectivos, de compromiso, de solidaridad, de compartir, de crecer juntos , de Amor. Si por alguna razón nuestra pareja llega a fijarse en otro, debemos reconocer que no es que haya algo mal en nosotros, sino que seguramente sus necesidades e intereses han cambiado y que es el momento de hacer reajustes en nuestra vida para continuar creciendo como seres humanos, aunque ahora sea por separado, pero en muchos casos queremos forzar a que esos lazos nunca se rompan, pagando el precio de no saber vivir solos, puesto que una vez acostumbramos a hacerlo todo en pareja, difícilmente nos acostumbramos a ser libres nuevamente.

En situaciones como esta, hay momentos en que pensamos que nunca podremos superarlo, puesto que pareciera que en nuestra mente y corazón están grabados con fuego el nombre, el rostro, el aroma y la sonrisa de nuestro amor a despedir.

Aunque , no todo es dolor, porque también están los recuerdos, los detalles, esos momentos que forman un todo infinito, acogedor... eso que hizo que quisiéramos a la persona tal como es, queriendo a toda costa estar a su lado, saber de su vida, respirar de su aliento, vivir en su corazón y realizarnos en sus palabras; sin embargo, hay una verdad que hace que todo funcione y que algo pase de lo maravillosos a lo divino: “para el amor se necesitan dos, uno no es suficiente”.

SOLO TE TIENES A TI MISMO

Hagas lo que hagas hazlo por ti, superando tu miedos, sin importar el que dirá la familia, los amigos, la sociedad, siendo claro para contigo mismo y en el caso de seguir alimentando una situación de la que ya sabes cual es su fin, debes tener la suficiente responsabilidad de aceptar la situación sin llorar y sin quejarte de lo infeliz que puedas ser por culpa de otro.

Nunca es fácil decir adiós a la persona que se ama, pero también es cierto que antes de amar a alguien más, primero debemos amarnos a nosotros y ese amor propio es nuestra mejor arma para levantarnos y volver a empezar.

"Amor no es aquello que queremos sentir, sino aquello que sentimos sin querer..."