EUTANASIA EN PACIENTES TERMINALES


El juramento hipocrático nos enseñó a respetar la vida: "No dar... una droga mortal a nadie, si me lo solicitaren, ni sugerir... este efecto." Ahora con el pronunciamiento de la Corte Constitucional, se da vía libre a la eutanasia activa en pacientes terminales, cuando ellos así lo autoricen. No es lo mismo dejar morir, que hacer morir. Actuaríamos en dos extremos:

1. La lucha cruel y despiadada contra la muerte, a costa del sufrimiento del paciente y de sus seres queridos.

2. El precipitar la muerte por solicitud de nuestros pacientes terminales, o por sus familiares cuando el paciente no pueda decidirlo por estar en estado de coma, o alteradas sus facultades mentales.

Actualmente las leyes colombianas penalizan la eutanasia tanto por acción como por omisión. La decisión de la Corte despenaliza la eutanasia por acción en pacientes terminales. La definición de paciente terminal, crea confusión en nuestra ciencia médica. Anécdotas hay por montones de pacientes desahuciados, y con pronóstico de morir prontamente, que siguen adelante con calidad de vida por muchos años. Muchos de ellos son catalogados como milagros. Recuerdo a un paciente cuyo médico, le pronosticó que no llegaría a navidad por un cuadro de una insuficiencia renal. Por muchos años el médico recibió de su paciente terminal, una tarjeta de navidad.

Se define dentro del proceso de la muerte, estado terminal aquel enfermo que cursa con un proceso patológico agudo, subagudo, o más habitualmente crónico, evolutivo, no resolutivo y sujeto sólo a manejo paliativo.

En nuestra práctica profesional, todos nos hemos equivocado al precisar la muerte de nuestros pacientes graves; tanto es así que si los familiares nos preguntan cuándo fallecerá ese ser querido, dudamos en decirlo y no nos comprometemos ni en fecha ni en hora, debido a esas equivocaciones que nos enseñó la experiencia. ¿Cuándo será terminal ese paciente...? ¿Será si ya está en agonía...? ¿Un mes, un año, unas semanas antes de su muerte natural...? No podemos jugar a dioses, para definirlo. No podemos jugar a dioses, o terminar vidas por nuestra acción, o hacer medidas extremas y prolongar agonías y sufrimientos.

La naturaleza es más sabia que todo lo que creemos saber. Y muchas veces tenemos que dejarla actuar. Cuando nos enfrentamos a una enfermedad grave, tratamos de ayudar a corregir esos problemas que atentan contra nuestra vida. Aquí ayudamos a la naturaleza.

Y está bien que así lo hagamos, porque es nuestra obligación preservar la salud de nuestros pacientes. Pero habrá con frecuencia situaciones, en las que la ciencia médica no podrá solucionar esos problemas, y en los que una lucha infructuosa traerá más sufrimientos a los enfermos y a sus familiares. Aquí debemos ser conscientes de estas situaciones, aceptar que muchas veces no podremos curar, y dejar que la naturaleza siga su curso con énfasis en el TRATAMIENTO PALIATIVO. No debemos obstaculizar a la naturaleza. Aquí hay que dejar morir. Esto se conoce con el término de ortotanasia.

Dejar que la naturaleza actúe, en este proceso de la muerte, evitar medidas que lo único que harán será prolongar sufrimientos y costos.No soy partidario de la eutanasia. Pero sí soy partidario, que en enfermedades incurables terminales, dejemos que la muerte natural siga su curso, sin medidas que prolonguen agonías y dolores. Soy partidario de que a ese paciente, se le permita estar en compañía de sus seres queridos, rodeado de afecto y amor. Que la tecnología con sus aparatos especializados, dé paso a esa atmósfera llena de calor humano y no de mediciones médicas.

Javier Gutiérrez Jaramillo, M.D.
Internista Cardiólogo, Fundación Valle del Lili, Cali

No hay comentarios.: